Los hurones son animales más parecidos al perro que al gato, sobre todo a nivel veterinario. En España, requieren tener obligatoriamente pasaporte con chip y vacunas en regla, incluso (aunque no en todas las comunidades) es necesario vacunarlos contra la rabia. Son enérgicos, curiosos y les gusta jugar con sus dueños. Dicen que los humanos domesticaron hurones por la curiosidad que despertaban; sea esto cierto o no, su curiosidad es superior a su instinto y esto hace que sus posibilidades de supervivencia en nuestro entorno sean bastante limitadas (muchos mueren explorando y reclinando sillas sin el conocimiento de sus dueños).
Los hurones son la tercera mascota más frecuente en Estados Unidos, después de los perros y gatos. En proporción, los hurones causan muchos menos daños que los perros o gatos.
Historia
Nadie sabe a ciencia cierta cuándo fue domesticado, pero algunos hallazgos arqueológicos del hurón datan del 1500 a.C. Se cree que la domesticación fue similar a la del gato. Hay quien dice que los antiguos egipcios tenían hurones, pero es más creíble que los europeos que visitaban Egipto viesen gatos, y pensaran que usar un pequeño carnívoro para proteger las reservas de grano era una gran idea. Al no haberse encontrado hurones momificados ni jeroglíficos que los representen, esta teoría tiene poco fundamento.
El hurón desciende probablemente del turón (Mustela putorius), por lo que el nombre científico más utilizado para este animal es Mustela putorius furo. También es posible que los hurones tengan como antepasados al turón de la estepa (Mustela eversmannii)."
Caza
Durante cientos de años el principal uso de los hurones fue la caza de lagomorfos (conejos). Con su naturaleza agresiva y su cuerpo largo y estilizado, están bien adaptados para entrar en madrigueras y cazar a los animales que haya dentro. Aún se usan para cazar en algunos países, sobre todo en Australia donde los conejos son una plaga y, a pesar de la tecnología moderna, la combinación de unas cuantas redes y un par de hurones resulta muy efectiva.
Peligros para los hurones
Los hurones son expertos en colarse por los agujeros de los armarios, las paredes, o detrás de los electrodomésticos, donde pueden resultar heridos o incluso fallecer a causa de los cables eléctricos, los ventiladores y otros artículos peligrosos. Las sillas plegables son una auténtica trampa mortal para ellos, pues se suben con frecuencia sobre estos muebles, plegándolas después y muriendo aplastados.
Por estas razones es necesario tomar una serie de medidas en el hogar antes de adquirir un hurón como animal doméstico, como retirar o asegurar cualquier aparato o mueble peligroso o tapar los posibles agujeros repartidos por la casa. Muchos dueños optan por recluir sus hurones en una jaula durante la noche o mientras se ausentan de casa.
Actividad
Los hurones pasan la mayor parte del tiempo (de 14 a 18 horas al día) durmiendo, pero cuando están despiertos son muy activos, dedicándose a explorar su alrededor de forma exhaustiva. Los hurones son animales crepusculares, es decir, que son más activos durante el amanecer, el atardecer y parte de la noche.
Juegos
Los hurones son animales muy sociables y a la mayoría les encanta jugar con los humanos. El "juego", desde el punto de vista del animal, puede ser algo parecido al escondite o más bien una forma de representación de la caza en la cual el ser humano debe capturarlo, o éste intentar morder a los humanos en los dedos de manos y pies.
Cuidados necesarios
Los hurones necesitan una serie de cuidados. Las uñas deben ser recortadas y su pelo cepillado con cierta regularidad. Deben visitar al veterinario al menos una vez al año. No hacer caso de lo primero puede causar problemas, difícilmente reconocibles, de sobre desarrollo, pudiendo hacer daño al hurón sin el conocimiento del dueño, si se comporta de manera distinta a la habitual, deberá llevarlo al veterinario.
También es importante limpiarles las orejas, con algún producto para desincrustar cerilla especial para hurones.
Los hurones y los niños
Los niños pequeños deben ser vigilados cuando se encuentran con hurones, ya que a menudo piensan que es un simple animal de peluche que pueden estrujar cuanto quieran, sin darse cuenta de que en realidad lo están estrangulando. El animal suele reaccionar retorciéndose, arañando, o cuando ya está totalmente desesperado, mordiendo con fuerza. No tiene por qué haber nada malo en que un niño juegue con un hurón, siempre y cuando exista un control por parte de adultos.
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